Estos lanzamientos se denominan así porque el atacante precede al adversario en el suelo «sacrificando» voluntariamente su propio equilibrio, con objeto de proyectar mejor al adversario.
Al describir la Técnica General del Judo ya nos hemos referido a los principales «sacrificios» (figuras 102, 103, 104, 105 y 106). Vamos a extendernos
algo más aquí, describiendo otros lanzamientos de esta clase.
Proyección en círculo lateral (f igs. 227 y 228).— Igual que en la proyección descrita en las figuras 102, 103 y 104, pero en lugar de colocar el pie izquierdo entre los pies del adversario, se pone lo más lejos posible al anterior y detnás del pie derecho de éste. Cuando se ha puesto al adversario en claro desequilibrio, delante y por encima vuestro, en lugar de proseguir la proyección detrás de vuestra cabeza, barréis con la rodilla izquierda la pierna
derecha del adversario, manteniendo el empuje de su pierna derecha sobre el abdomen del adversario, el cual viene a caer sobre su costado derecho.
Enrollamiento circular (figs. 229 y 230).—Partiendo igual que en el Ianzamiento circular (figura 102), en el momento en que el adversario se encuentra
encima de vosotros, en lugar de extender vigorosamente la pierna derecha, mantenéis solamente el contacto rodando hacia atrás, de manera que acabáis encontrándoos a caballo sobre el busto del adversario.
Presa de lado (f igs. 231 y 232).—Se comienza como el lanzamiento de pierna de la figura 189.
En el momento en que se ha establecido el contacto, soltáis la mano derecha de la solapa izquierda del adversario y os dejáis caer de espaldas.
Durante toda la caída apretáis vigorosamente con el pie izquierdo la pierna derecha del adversario, precisamente sobre el tobillo, y sobre todo, con la mano izquierda que está arreglada al brazo derecho del adversario, tiráis a éste en dirección lateral derecha.
Caída de espaldas (figs. 233 y 234),—Desplegláis el pie derecho hacia atrás. Al propio tiempo, aproximáis el pecho al costado derecho del adversario y apoyáis el antebrazo derecho sobre el costado izquierdo del pecho de aquél.
Entonces engancháis por el exterior la pierna izquierda detrás de la pierna derecha del adversario, pero poniendo el pie en el suelo. Este pie, que debe permanecer en el suelo, servirá de punto de apoyo y de pivote.
Llegados a esta posición, empujáis con todo vuestro cuerpo, pecho y abdomen, contra el costado derecho del adversario, mientras con el brazo derecho empujáis su hombro izquierdo.
La caída se produce en bloque, pero vosotros no debéis caer sobre el adversario, que cae de espaldas al suelo. Vosotros caeréis a su lado, a la izquierda, amortiguando la caída sobre vuestro antebrazo izquierdo.
Técnica flotante (f igs. 235y 236).—La posición de partida es la misma del enrollamiento de la rodilia (fig. 183), pero, aquí, la tracción adelante y después la rotación del adversario, son obtenidas por la acción de vuestro peso, al dejaros caer al suelo hacia atrás sobre el costado izquierdo, una vez se ha conseguido el desequilibrio del adversario.
Ala enrollada hacia dentro (figs. 237, 238 y 239).—Es el lanzamiento de cadera alado (fig. 81), terminado en «sacrificio». El desequilibrio inicial del movimiento es simplemente más adelante que en aquel lanzamiento y enrrolláis todavía más al adversario hacia la izquierda, y hacia arriba, tirando el brazo de éste delante su pecho.
Vuestra pierna derecha se desliza sobre el costado y amortiguáis la caída sobre vuestro antebrazo derecho en semicírculo, que ha venido a pasar delante la cabeza del adversario, el cual va a caer detrás de vosotros y no debajo.
Inversión del saco de arroz (figs. 240 y 241).— Supongamos que el adversario se agacha hacia adelante para iniciar un ataque. Entonces lo abrazáis como indica la figura, uniendo vuestras manos mediante la presa fundamental de manos (fig. 224) delante del pecho del adversario. No tratéis de levantarlo, sino que debéis doblar las piernas y sentaros, rodando hacia atrás. El adversario es proyectado sobre las espaldas detrás de vuestro hombro derecho.
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