viernes, 15 de julio de 2011

INTRODUCCIÓN JIU-JITSU


Es un hecho cierto que la mayor parte de los hombres de todos los tiempos se han preocupado de la defensa personal. Cada raza, cada pueblo, cada ser viviente tiene su método particular de defensa. La vida es una lucha.

Si observamos cada una de las razas sobre las distintas partes de la tierra, notamos que existen en cada una de ellas personales métodos de lucha y de defensa personales transmitidos de generación en generación. Algunos recurren enseguida al puñiai o a la pistola, otros confian en su propia fuerza, lanzan puñetazos, esquivan, se agarran, etc. Incluso el uso del arma, como el cuchillo, palo, revolver, etcétera, es muy distinto.

El que desee profundizar en el deporte de la lucha debe observar también a este respecto, el reino animal en el cual el instinto de la lucha es absolutamente primitivo. El hombre civilizado está habituado en cambio a defenderse con un arma y por eso estudia la posibilidad de defenderse valiéndose de las propias fuerzas y capacidad. ¡Con qué habilidad, por ejemplo, caen los animales! Un gato cae siempre sobre las patas, cualquiera que sea la manera como es lanzado. Muchos animales, para la defensa, se ponen patas arriba comprendiendo por puro Instinto, que de este modo pueden mantener a distancia el enemigo con las piernas. Los más débiles en el reino animal deben vivir constantemente en lucha, en una lucha que a menudo sostienen con la habilidad y la astucia, agazapándose, adaptándose a las posibilidades del lugar, rehuyendo, etcétera.

¿Qué es el Jiu-Jitsu? Según una antigua leyenda japonesa, un médico japonés estudió los àrboles durante la tempestad. Observó la dúctil flexión del sauce que no sufre daño, mientras el cerezo ve destrozadas sus ramas carentes de aquella flexibilidad. Esta observacióu nos enseña la esencia del Jiu-Jitsu, base de la defensa personal y del deporte de la lucha.

«Jiu» significa mórbido, suave; «jitsu» significa arte; por tanto «Arte suave.»

«Habilidad contra tuerza bruta.» - No oponer dureza a la dureza: en algunos casos, ceder primero, para valerse después de la fuerza agresiva del adversario y vencerlo. Este principio es importante sobre todo para los débiles que de este modo pueden vencer incluso a un adversario más fuerte que ellos.


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