viernes, 15 de julio de 2011

LAS ESTRANGULACIONES


Las estrangulaciones, como vimos oportunamente (fig. 113), tienen por objeto hacer perder el conocimiento por estrangulamiento sanguíneo, por estrangulamiento respiratorio o por estragularniento nervioso.

Explicamos ya Ios principios de la técnica de las estrangulaciones fundamentales. Vamos a ver unas cuantas más.

Estrangulamiento cruzado en dislocación (figuras 242, 243 y 244).—Os encontráis en la misma posición del estrangulamiento cruzado de la figura 114. Con la mano derecha cogéis lo más lejos posible detrás de la oreja el borde derecho del cuello del adversario, colocando el pulgar encima. Pasáis el antebrazo izquierdo por debajo del antebrazo derecho y con la mano izquierda agarràis de la misma manera debajo del cuello del adversario por el lado izquierdo.

Vuestras muñecas se cruzan deante la garganta del adversario.


LAS ESTRANGULACIONES

Efectuáis un doble movimiento: primero tracción de los brazos, que aprieta estrechamente el canto radial de las muñecas contra el cuello del adversario, y levanta su cara; después, torsión de las muñecas hacia arriba. lo que viene a acentuar la pre sión y completar el estrangulamiento.

Este es un estrangulamiento sanguíneo.

Estrangulamiento por detrás (fig. 245).—Colocáis el antebrazo derecho bajo la mandíbula del adversario. El antebrazo izquierdo entra en contacto con el omoplato izquierdo del adversario, y la


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muñeca izquierda se apoya sobre la clavícula izquierda de éste, lo más cerca posible de su cuello. Os cogéis las manos en presa fundamental y bajáis la cabeza detrás de la del adversario, para blocar su nuca con vuestro hombro derecho.

Este estrangulamiento es respiratorio.

Otro estrangulamiento por detrás (fig. 246).— Con el brazo derecho rodeáis el cuello del adversario. La mano derecha se apoya sobre vuestro bíceps izquierdo. Entonces dobláis et brazo izquierdo, y apoyáis la palma de la mano izquierda sobre la nuca del adversario.

Este estrangulamiento también es respiratorio.


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Estrangulamiento cogiendo el hombro (fig. 247). —Estando echado de espaldas al suelo, tenéis al adversario bloqueado entre vuestras piernas. Pasaís la pierna derecha por delante del brazo izquierdo del adversario y por encima del hombro; cogéis su brazo derecho y su cuello, en tijera, entre las piernas, que extendéis todo lo posible para apretar las rodillas, y tiráis fuertemente hacia vuestra derecha el brazo derecho del adversario.

Se trata de un estrangulamiento sanguíneo.


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Estrangulamiento del tronco (fig. 248)—Estáis echados de espaldas al suelo y tenéis al adversario blocado entre las piernas. Engancháis los pies por detrás de aquél, levantáis las piernas para poner vuestras rodillas al nivel de sus falsas costillas, y comprimís lo más fuertemente posible el busto del adversario.


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Estrangulamiento con la rodilla (fig. 249).—Estando en la posición que indica la figura, pasáis vuestra pierna derecha bajo la cabeza del adversario. Su nuca está bloqueada sobre la rodilla derecha. Tenéis la pierna izquierda ligeramente doblada, y la corva de la rodilla aprieta la tráquea del adversario.

Es un estrangulamiento respiratorio.

Dislocación de la solapa (figs. 25Oy 251).—Con la mano izquierda cogéis la solapa derecha del adversario lo más lejos posible detrás de la oreja, el pulgar situado al interior.


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Vuestro antebrazo pasa bajo el cuello del adversario y el hombro bloca su nuca por el otro lado.

Por otra parte, deslizàis el brazo derecho detrás del brazo izquierdo del adversario, y lo pasáis bajo la axila para coger, pulgar igualmente al exterior, la solapa izquierda del adversario, de la que tiráis fuertemente hacia abajo.

Al propio tiempo, empujáis con todo el peso el mentón sobre el omoplato derecho del adversario, dejando deslizar hacia atrás, fuera del alcance de los brazos de aquél, las piernas extendidas y separadas, con las plantas de los pies bien planas sobre el suelo.



Sutemis o «sacrificios»

Estos lanzamientos se denominan así porque el atacante precede al adversario en el suelo «sacrificando» voluntariamente su propio equilibrio, con objeto de proyectar mejor al adversario.

Al describir la Técnica General del Judo ya nos hemos referido a los principales «sacrificios» (figuras 102, 103, 104, 105 y 106). Vamos a extendernos

algo más aquí, describiendo otros lanzamientos de esta clase.

Proyección en círculo lateral (f igs. 227 y 228).— Igual que en la proyección descrita en las figuras 102, 103 y 104, pero en lugar de colocar el pie izquierdo entre los pies del adversario, se pone lo más lejos posible al anterior y detnás del pie derecho de éste. Cuando se ha puesto al adversario en claro desequilibrio, delante y por encima vuestro, en lugar de proseguir la proyección detrás de vuestra cabeza, barréis con la rodilla izquierda la pierna


sacrificios

derecha del adversario, manteniendo el empuje de su pierna derecha sobre el abdomen del adversario, el cual viene a caer sobre su costado derecho.


sacrificios

Enrollamiento circular (figs. 229 y 230).—Partiendo igual que en el Ianzamiento circular (figura 102), en el momento en que el adversario se encuentra


sacrificios

encima de vosotros, en lugar de extender vigorosamente la pierna derecha, mantenéis solamente el contacto rodando hacia atrás, de manera que acabáis encontrándoos a caballo sobre el busto del adversario.

Presa de lado (f igs. 231 y 232).—Se comienza como el lanzamiento de pierna de la figura 189.


sacrificios

En el momento en que se ha establecido el contacto, soltáis la mano derecha de la solapa izquierda del adversario y os dejáis caer de espaldas.

Durante toda la caída apretáis vigorosamente con el pie izquierdo la pierna derecha del adversario, precisamente sobre el tobillo, y sobre todo, con la mano izquierda que está arreglada al brazo derecho del adversario, tiráis a éste en dirección lateral derecha.


sacrificios

Caída de espaldas (figs. 233 y 234),—Desplegláis el pie derecho hacia atrás. Al propio tiempo, aproximáis el pecho al costado derecho del adversario y apoyáis el antebrazo derecho sobre el costado izquierdo del pecho de aquél.

Entonces engancháis por el exterior la pierna izquierda detrás de la pierna derecha del adversario, pero poniendo el pie en el suelo. Este pie, que debe permanecer en el suelo, servirá de punto de apoyo y de pivote.


sacrificando

Llegados a esta posición, empujáis con todo vuestro cuerpo, pecho y abdomen, contra el costado derecho del adversario, mientras con el brazo derecho empujáis su hombro izquierdo.

La caída se produce en bloque, pero vosotros no debéis caer sobre el adversario, que cae de espaldas al suelo. Vosotros caeréis a su lado, a la izquierda, amortiguando la caída sobre vuestro antebrazo izquierdo.


sacrificando

Técnica flotante (f igs. 235y 236).—La posición de partida es la misma del enrollamiento de la rodilia (fig. 183), pero, aquí, la tracción adelante y después la rotación del adversario, son obtenidas por la acción de vuestro peso, al dejaros caer al suelo hacia atrás sobre el costado izquierdo, una vez se ha conseguido el desequilibrio del adversario.


sacrificando

Ala enrollada hacia dentro (figs. 237, 238 y 239).—Es el lanzamiento de cadera alado (fig. 81), terminado en «sacrificio». El desequilibrio inicial del movimiento es simplemente más adelante que en aquel lanzamiento y enrrolláis todavía más al adversario hacia la izquierda, y hacia arriba, tirando el brazo de éste delante su pecho.


sacrificando

Vuestra pierna derecha se desliza sobre el costado y amortiguáis la caída sobre vuestro antebrazo derecho en semicírculo, que ha venido a pasar delante la cabeza del adversario, el cual va a caer detrás de vosotros y no debajo.

sacrificios


sacrificando

Inversión del saco de arroz (figs. 240 y 241).— Supongamos que el adversario se agacha hacia adelante para iniciar un ataque. Entonces lo abrazáis como indica la figura, uniendo vuestras manos mediante la presa fundamental de manos (fig. 224) delante del pecho del adversario. No tratéis de levantarlo, sino que debéis doblar las piernas y sentaros, rodando hacia atrás. El adversario es proyectado sobre las espaldas detrás de vuestro hombro derecho.

sacrificando




LA PRESA DE MANOS FUNDAMENTAL


Esta presa es aquella por la cual las dos manos se cogen por sus falanges dobladas en gancho, los dedos apretados, imbricados los unes contra los otros, cada pulgar en oposición respectivamente apoyado contra el canto cubital de la otra mano y la primera falange del meñique (fig. 224).

Esta presa es extremadamente fuerte, fácil y rápida.


LA PRESA DE MANOS FUNDAMENTAL

Por otra parte no se corre el riesgo de una luxación de los músculos de los dedos y particularmente del pulgar (eminencia tenar) como en la segunda presa (fig. 225) que es utilizada no obstante, pero muy raramente, para algunas estrangulaciones.

En ningún caso los dedos deben encontrarse entrecruzados (fig. 226).


LOS LANZAMIENTOS


La técnica de los lanzamientos tiene por objeto proyectar el adversario haciéndole caer de espaldas al suelo. Una proyección bien realizada refleja una ventaja momentánea suficiente para que sea decisiva si se trata de un combate real; bien porque la sola caída sobre un suelo duro bastaría, bien porque inmediatamente seguiría en el suelo una llave o una estrangulación que pondría fin al combate.

Al referirnos a la Técnica general del Judo, hemos descrito los principales lanzamientos, y en este capítulo completaremos el tema con algunos lanzamientos complementarios.

Enrrollamiento de rodilla (figs. 183 y 184).—El adversario se encuentra con la pierna derecha atrás, es decir, en desequilibrio lateral derecho adelante. Para llevarlo o mantenerlo en esta posición, el papel de vuestras muñecas es esencial: su acción conjugada debe tender a desequilibrar al adversario, cabeza hacia adelante, hacia vuestro hombro izquierdo.


LANZAMIENTOS

Colocáis la planta del pie izquierdo contra la cara externa de la rodilla derecha del adversario.

Flexionáis la pierna derecha y extendéis la pierna izquierda, pero sin rigidez (el movimiento es un enrollamiento más bien que un blocaje). Os encontráis, pues, en ligero desequilibrio hacia atrás.

Efectuáis con los dos brazos una atracción contínua alzando, gracias a vuestras muñecas, al adversario sobre las puntas de los pies; cuando el desequilibrio es suficientemente neto, transformáis la tracción paralela en rotación y tiráis del adversario por su brazo izquierdo hacia abajo, acompañándoos con el brazo derecho.

Gran enrollamiento exterior (figs. 185 y 186).— El adversario tiene los pies sobre la misma línea, el peso del cuerpo repartido sobre ambas piernas, o más bien sobre la pierna derecha.

LANZAMIENTOS

Colocáis el pie izquierdo sobre el mismo eje que los pies del adversario y lanzáis la pierna derecha lateralmente en el aire, detrás de las piernas de aquél.

LANZAMIENTOS

Tiráis fuertemente hacia vuestra izquierda el brazo derecho del adversario, para ponerlo en desequilibrio lateral derecho. En este momento vuestra pierna derecha bloca las piernas de aquél. Las caderas derechas están en contacto y vuestro pecho se apoya fuertemente contra el brazo, el hombro y el pectoral derecho del adversario. Vuestra mano derecha se apoya perfectamente sobre el hombro izquierdo del adversario al nivel de la clavícula y vuestro codo derecho está en contacto con el pectoral izquierdo de aquél. Para proyectarlo, os basta entonces barrer con la pierna derecha, pivotando sobre la pierna izquierda y haciendo girar al adversario entorno de su cadera derecha.

Gran lanzamiento exterior (f igs. 187 y 188).— El adversario tiene las piernas sobre la misma línea, o bien la pierna derecha adelante, o a veces incluso, la pierna derecha atrás; pero en todos los casos, lo importante es que el peso de su cuerpo se encuentre en mayor parte sobre esta pierna derecha.

LANZAMIENTOS

Colocáis vuestro pie izquierdo junto al pie derecho del adversario, pero un poco adelante. Con el brazo izquierdo tiráis del brazo derecho del adversario, para poner en contacto vuestro hombro derecho con el hombro derecho de aquél, costado derecho contra costado derecho.

Entonces engancháis la pierna derecha del adversario con la vuestra —contacto de las corvas de las rodillas— y empujáis fuertemente al adversario hacia atrás, conservando el contacto con su costado derecho, su pecho y su hombro derecho.

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Pequeño segado exterior (figs. 189 y 190).— Avanzáis la pierna derecha lo más lejos posible al exterior de la pierna derecha del adversario, de manera que vuestro pie derecho viene a posarse en el eje de los pies del adversario o detrás de este eje.

Colocáis la planta de vuestro pie izquierdo detrás


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el talón del pie derecho del adversario y segáis en la dirección de los dedos. Al mismo tiempo, con la mano izquierda tiráis fuertemente y un poco hacia abajo, mientras con el brazo derecho lo empujáis hacia atrás. En el curso de la proyección, vuestra pierna izquierda cruza la pierna derecha del adversario hacia adelante.


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Barrido de la pierna efectuado levantando (figs. 191 y 192).—Colocáis el pie derecho b más cerca posible del eje de los pies del adversario. La plerna derecha flexionada, ligeramente en desequilibrio atrás, barréis con la pierna izquierda la pierna derecha del adversario. Acompañáis este barrido, con un movimiento de muñecas y antebrazos, como se indica en la figura.

Enganche exterior (figs. 193 y 194).—Muy similar al lanzamiento de las figuras 60 y 61, pero aquí os encontráis colocados en desequilibrio lateral derecho muy marcado al principio del movimiento para una acción apropiada de vuestros brazos. Vuestro brazo derecho levanta fuertemente el hombro izquierdo del adversario, mientras que el brazo izquierdo tira del brazo derecho de aquel al exterior y hacia abajo.

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Enrollamiento de las piernas (figs. 195 y 196). —El adversario está en desequilibrio delante. Colocáis el pie izquierdo adelante y al exterior del pie izquierdo del adversario. Al mismo tiempo, con el brazo izquierdo, aseguráis el desequilibrio hacia adelante del adversario, tirando del brazo derecho de éste, cogido de preferencia por debajo del codo. Pivotáis sobre la pierna izquierda y la pierna derecha tendida como un bastón, viene a blocar la pierna derecha del adversario, al nivel de la rodilla.


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Entretanto acentuáis la tracción de vuestro brazo izquierdo en semicírculo para desequilibrar al adversario, primero adelante, y enrollarlo seguidamente hacia la izquierda.

Por consiguiente, vuestra muñeca izquierda debe permanecer ligeramente doblada, y delante del hombro y del pecho, hasta el momento en que el adversario es proyectado.

Enrollamiento de la cadera (figs. 197 y 198).— Colocáis el pie izquierdo al exterior del pie izquierdo del adversario, y tirando del brazo derecho de éste con vuestro brazo izquierdo, pivotáis sobre la punta del pie izquierdo para colocar vuestra pierna derecha delante de las piernas del adversario, poniendo el pie derecho al exterior del mismo pie del adversario,

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la pantorrilla derecha en contacto con la tibia derecha, encontrándose así los cuatro pies en el mismo plano.

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En el curso de este movimiento, vuestra muñeca derecha no ha dejado lo alto de la solapa izquierda del adversario.

Tenéis la pierna izquierda flexionada, la pierna derecha extendida sin excesiva rigidez, barrando la del adversario por debajo de la rodilla, y en línea derecha con vuestra cadera derecha y vuestra cabeza. El conjunto constituye el eje entorno al cual va a pivotar el adversario.

Mientras vuestra mano izqnierda, que ha cogido el brazo derecho del adversario de preferencia más abajo del codo, lo enrolla hacia adelante apoyándo se con una flexión de la muñeca, vuestro brazo derecho permanece doblado, el codo contra el costado izquierdo del adversario, al nivel de las falsas costillas, la cara interna de la muñeca apoyándose sobre la clavícula izquierda del adversario, vuestro hombro derecho y brazo formando un todo para acompañar el movimiento giratorio del brazo izquierdo y levantar el adversario hacia adelante.

Un movimiente de ligera flexión de la rodilla derecha, facilita la proyección.


Presa de cadera por detrás (figs. 199 y 200).—Os colocáis perpendicularmente al adversario y sobre su lado derecho, el abdomen contra su cadera derecha, poniendo primero el pie derecho adelante y al exterior del pie derecho del adversario, paralelamente a la

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línea de sus pies, después el pie izquierdo, detrás de esta misma línea. Con et brazo izquierdo, levantáis el codo derecho del adversario para llevarlo sobre vuestro hombro derecho, mientras la mano derecha se coloca por delante al nivel de la cintura, la mano izquierda hace lo mismo por detrás, yendo a parar precisamente sobre la cadera izquierda del adversario.

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Flexionáis las piernas, simétricamente, antes de asegurar la presa. Os erguís, con et busto hacia atrás, aplicando el costado derecho del adversario contra vuestra cadera derecha, y el peso de los dos cuerpos sobre vuestra pierna derecha. La misión de vuestros brazos es sólo la de mantener el adversario contra vuestra cadera.

El adversario es levantado por la acción combinada de vuestras piernas que se extienden y de vuestros abdominales que se contraen al inclinaros hacia atrás. La axila derecha del adversario está siempre apoyada sobre vuestro hombro derecho.

En este momento pivotáis sobre la pierna derecha al menos un cuarto de vuelta, levantando el brazo derecho y bajando el izquierdo, lo que hace bascular al adversario.

Desplazamiento de la cadera (figs. 201 y 202). —Se inicia como el lanzamiento precedente, pero colocáis la mano derecha detrás del adversario al nivel de la cintura y lo más lejos posible, sin cambiar la presa de vuestra mano izquierda sobre la manga derecha del adversario. Dejáis la cabeza delante del adversario, en contacto con el pectoral izquierdo de éste.

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Entonces pivotáis hacia vuestra izquierda sobre el pie izquierdo, al mismo tiempo, aprovechando la «subida» del adversario, le hacéis, mediante un esfuerzo combinado de vuestros abdominales y de vuestros brazos, girar sobre su cadera derecha.

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Gran presa de cadera (figs. 203 y 204).—Se inicia como en la figura 69, pero debéis flexionar las piernas todo lo posible para colocar la cadera derecha bajo el abdomen del adversario, delante del

pliegue inguinal derecho y lo alto del muslo derecho; y vuestro brazo derecho pasa bajo el brazo izquierdo del adversario para ir a colocarse en diagonal contra la espalda de aquél, la mano derecha plana sobre lo alto del omoplato derecho.

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Tracción adelante de vuestro brazo izquierdo, vuestro brazo derecho «placando» fuertemente el pecho del adversario contra su costado derecho por encima de la cintura, y levantándolo al mismo tiempo con un movimiento giratorio, para hacerle bascular encima de vuestra cadera derecha, que debe estar muy arqueada hacia la derecha.

Pequeña presa de cadera (figs. 205 y 206).—El contrario se encuentra en ligero desequilibrio adelante y las piernas suficientemente separadas.Atacáiscolocando el pie izquierdo como en la figura 70, pero cuando plvotáis sobre este pie, os inclináis mucho más hacia adelante; el brazo derecho lo pasáis por debajo del brazo izquierdo del adversario y la mano derecha agarra el cinturón de éste. Por último, introducís la pierna derecha lo más lejos posible entre las piernas del adversario. Tracción hacia adelante de vuestro brazo izquierdo, y flexión de la rodilla derecha formando resorte.

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Gran enrollamiento (f igs. 207 y 208).—Estando el adversario en ligero desequilibrio lateral adelante y a la derecha, confirmáis este desequilibrio con vuestra muñeca izquierda, mientras colocáis el pie izquierdo sobre la línea de los pies del adversario, al exterior de su pie izquierdo. Vuestro brazo derecho mantiene el peso del adversario principalmente sobre vuestro pie derecho, y vuestro brazo izquierdo en semicírculo continúa tirando del adversario adelante. Entonces lanzáis lateralmente en oblícuo la pierna derecha extendida que siega a la

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vez las dos piernas del adversario, pero principalmente su pierna derecha.

Este movimiento de barrido debe partir de vuestra cadera derecha y se acompaña de una rotación en bloque de vuestro busto y de vuestros brazos, actuando de pivote vuestra cadera izquierda.

Tempestad en la montaña (f igs. 209 y 210).—Es igual que para el lanzamiento precedente, pero las presas de mano son un poco diferentes.

Con la mano izquierda cogéis la manga derecha

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del adversario más abajo del codo casi a nivel de la muñeca, y deja la solapa izquierda del adversario, para coger la solapa derecha al nivel de la clavícula, pulgar debajo.

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El segado de las dos piernas del adversario por vuestra pierna derecha se acompaña de un movimiento adelante y hacia arriba de vuestros brazos, mientras os inclináis. Vuestro brazo izquierdo en semicírculo enrolla el brazo derecho del adversario, mientras el brazo derecho, bíceps contraído, asegura el contacto entre vuestro deltoides derecho y la axila derecha del adversario.

Al principio de la proyección, lanzáis la cabeza adelante y hacia abajo.

Caída de lado sobre el hombro (fig. 211).—La presa es igual que en la figura 88, pero vuestro pie derecho pasa al exterior y detrás del pie derecho del adversario, y ponéis la rodilla derecha en el suelo de manera que la pantorrilla esté en contacto con el tobillo del adversario. El contacto de vuestro hombro y de vuestra espalda se hace más con el costado derecho del adversario que con su pecho.

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Lanzamiento de hombro levantado (figs. 212 y 213).—Introducís el pie izquierdo entre los del adversario, y sobre la misma línea, pivotáis sobre este pie y váis a colocar el pie derecho entre vuestro pie izquierdo y el pie derecho del adversario.



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En este momento, con las dos manos cogéis por detrás y por el exterior los muslos del adversario, al mismo tiempo que os inclináis hacia adelante, flexionando las piernas.

Proyección cogiendo el codo (figs. 214 y 215).— Con el brazo derecho cogéis por debajo la manga izquierda del adversario al nivel del codo. Extendéis todo lo posible los brazos del adversario en la prolongación de los hombros, antes de pivotar y de ejecutar el movimiento de báscula, levantando muy alto el codo izquierdo del adversario, por encima de su cabeza.

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Proyección de cuchara (figs. 216 y 217).—Os colocáis como indica la figura 216 y flexionáis las piernas. Pasáis el antebrazo izquierdo delante el cuello del adversario y con la mano izquierda cogéis la solapa izquierda de éste, lo más arriba posible, pulgar debajo.

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El brazo derecho lo pasáis entre las piernas del adversario y con la mano derecha os agarráis al kimono de éste o, si es posible, al cinturón, o la apoyáis fuertemente contra sus riñones. El resto expilcan claramente las figuras.

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Levantamiento con los brazos (figs. 218 y 219). —El adversario está de espaldas al suelo y os tiene entre sus piernas. Cogéis las mangas del adversario, detrás de los deltoides, y os levantáis balanceándoos hacia atrás y extendiendo las piernas.

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Proyección por encima de la cintura (f igs. 220 y 221).—Ponéis el pie izquierdo detrás del pie izquierdo del adversario y el pie derecho permanece

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delante del pie derecho de aquél. Con las piernas flexionadas, inclináis completaniente el busto hacia la derecha y simultáneamente pasáis el brazo derecho detrás de los riñones del adversario y el brazo izquierdo delante de su vientre. Vuestras manos se juntan detrás de la cadera izquierda del adversario y se agarran en presa fundamental (fig. 223).

Entonces os levantáis basculando al adversario bajo el brazo izquierdo y sobre vuestra cadera izquierda.

Presa de ana pierna (fig. 222).—Encontrándose el adversario en desequilibrio hacia atrás derecha, pierna derecha un poco avanzada, metéis el pie derecho adelante y al exterior del pie derecho del adversario y avanzáis el pie izquierdo hasta la altura del pie izquierdo del adversario. Os encontráis completamente en el lado derecho del adversario.

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En este momento, colocáis la mano derecha bajo la rodilla derecha del adversario, que levantáis hacia arriba, mientras con la mano izquierda empujáis hacia atrás el hombro derecho del adversario.

Presa de las dos piernas (fig. 223).—Os incliniáis hacia adelante y sobre la derecha y colocáis la pierna derecha flexionada en contacto por el exterior con la pierna izquierda del adversario. Al inclinaros ponéis las manos en las corvas de sus rodillas, las que atraéis hacia vuestros muslos, empujando fuertemente hacia atrás y contra su izquierda, por media de vuestro hombro izquierdo y vuestro pecho, su abdomen y sus caderas.

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