viernes, 15 de julio de 2011

EL JIU-JITSU Y LA DEFENSA PERSONAL


El Jiu-Jitsu puede considerarse desde el punto de vista deportivo y desde el punto de vista utilitario.

Desde el punto de vista deportivo, que se practica en la modalidad del Judo, constituye un deporte muy completo en cuanto concierne a la ejercitación y desarrollo de todos los músculos del cuerpo; en tal sentido puede compararse con la natación.

Desde el punto de vista utilitario, el Jiu-Jitsu constituye un método inigualable de defensa personal para repeler cualquier agresión, y de ataque, para reducir a un enemigo; por eso la ensefanza del JiuJitsu ha sido adoptada modernamente en todas las Escuelas de Policía, para que los defensores del orden y la seguridad pública cuenten con eh más eficaz medio para defenderse y para reducir a los malhechores, y asimismo se va extendiendo su enseñanza a las fuerzas de los Ejércitos, especialmente a las unidades de servicios especiales tales como tropas paracaidistas, «comandos», batallones de choque o de asalto, etc.

El Jiu-Jitsu está basado en una técnica tal que capacita a una persona físicamente menos dotada para derrotar y poner fuera de combate en contados segundos a un adversario de talla y fuerzas mucho mayores. En efecto, la persona que conoce y practica asiduamente el Jiu-Jitsu hace uso pocas veces de todas sus energías para poner fuera de combate a un atacante; se limita, simplemente, a utilizar las fuerzas del oponente, a las que vuelve en contra de él mismo para derribarlo o para producirle una incapacidad más o menos prolorigada que lo deja a merced del conocedor de la técnica del Jiu-Jitsu. Este, aparte de los conocimientos de lucha, sabe cuáles son los puntos del cuerpo humano que, mediante una presión, golpe o torsión, originan en el que los sufre un dolor tan agudo, una paralización o una suspensión de las funciones orgánicas tan eficaz que lo imposibilita para continuar haciendo presa en su adversario; incluso hay en el Jiu-Jitsu presas, golpes o tomas de tan peligrosa naturaleza que pueden ocasionar la muerte de la persona a la que se apilquen. Otras, no tan graves, pueden desvanecer al contrincante, dislocarle una articulación o producir una fractura.

En las figuras 1 a 5 tratamos de representar figuradamente la ley fundamental del Jiu.Jitsu. Dos hombres, de distinta corpulencia y fuerza física, se enfrentan (fig.1). El más débil, a la izquierda, pesa 60 Kg.=4 unidades de peso y está en lucha con el más fuerte, a la derecha, de 90 Kg.=6 unidades de peso. Normalmente, el más fuerte debe lógicamente vencer (fig.2).


defensa personal

Pero si el más débil conoce el arte del Jiu-Jitsu, puede utilizar en beneficio propio el ardor del asalto. Se hace un poco a un lado y de esta manera el asalto va al vacío. El más fuerte pierde así, según la fuerza del ataque, hasta varias unidades de peso. No hace falta más que un pequeño expediente como la zancadilla o un tirón en la dirección del asalto para que el más fuerte caiga.


defensa personal


El que es cogido por la ropa (fig.3) puede también retroceder un poco con el asaltante, es decir ceder, y vencer al más fuerte cn la zancadilla haciéndole perder el equilibrio (fig.4). O, también, puede dejarse caer de espadias y con una pierna lanzar hacia atrás, por encima de la cabeza, al asaltante (fig.5).


DEFENSA PERSONAL


Naturalmente, en el Jiu-Jitsu practicado como uno de los más apasionantes deportes, no se ponen jamás en práctica las presas y golpes que pueden acarrear funestos resultados al oponente, ya sea en forma de fracturas o simplemente de fuertes dolores que prosiguen aún después de finalizados los ejercicios. Cada atleta sabe hasta donde puede llegar y cuanta fuerza debe ejercer para que la lucha se defina amistosamente sin dar origen a lamentables accidentes. Pero si uno es atacado repentinamente y con las peores intenciones por parte de un agresor, se justifica poner en práctica cuantos recursos sean posibles para defenderse e imposibilitar al atacante para llevar a cabo sus siniestros propósitos. Quien se refirió por primera vez al « noble arte de la defensa propia » reflejó en tan acertada frase la idea básica del Jiu-Jitsu, porque éste es un verdadero arte puesto al servicio de algo que no puede ser más noble: la defensa de la propia integridad física.



DEFENSA PERSONAL

Defensa personal equivale a seguridad

Todo el mundo puede encontrarse en la desagradable coyuntura de ser importunado o agredido de improviso yendo por alguna calle solitaria, por un bosque o en cualquier otra oportunidad.

La experiencia nos enseña que en tales casos la mayor parte de los hombres se comporta tontamente. El hombre intelectual se muestra totalmente inepto. Los unos pierden la cabeza y el control de los nervios y en el momento del ataque permanecen como paralizados, a veces incapaces de lanzar un grito, temblando con el corazón sobresaltado, sin la facultad de hablar y reflexionar. Es obvio decir las facilidades con que se encuentra el agresor para reducir a una víctima en tales condiciones.

Otros reaccionan sin pensar, defendiéndose con una sucesión de golpes rápidos que por lo general se pierden en el vacío. Pero el que golpea a ciegas, sin calcular y saber prever la eficacia de la acción, puede dar en un punto vital y demasiado a menudo, vuelta la calma, puede arrepentirse del resultado obtenido.

Todo esto no puede extrañar si se piensa que en los paises civilizados los hombres pierden cada vez más su natural instinto de lucha, se conifían por completo a la policía que cuida de su seguridad y poco se preocupan de la manera de defenderse sin recurrir a las armas. En el hombre, ante un ataque, se manifiesta una sensación de indecisión, una paralización del pensamiento y un mal disimulado temor y nerviosismo.

La causa de todo esto hay que buscarla en la absoluta falta de costumbre. El mismo embarazo se encuentra en el que monta a caballo por primera vez, dispara un fusil, se pone los esquís, sube en una bicicleta, etc. Pero, ¡de cuán distinta manera se comporta el individuo que tiene cierta experiencia!

¡Cuán preciosos habrán de ser los conocimientos de Jiu-Jitsu adquiridos practicando deportivamente todos los medios de ataque y de defensa! Basta el dominio de pocos golpes para adqairir la plena confianza en si mismo.

El estudio del Jiu-Jitsu equivale a una preciosa escuela de valor personal y conduce a reflexionar y a actuar con calma, claridad, y al mismo tiempo con rapidez fulminante, cualidades todas de la mayor importancia, no sólo en el caso de una agresión, sino también en la vida cotidiana y en el trabajo.

En muchas situaciones de la vida la victoria está casi asegurada cuando se produce con decisión y calma. En la lucha sirve sobre todo esta máxima:

Vence el que posec ana mayor presencia de espérita.

A esto se llega con los diversos ejercicios del Jiu-Jitsu deportivo o Judo, que requiere una acción rápida y segura y un menor empleo de fuerzas en comparación a los otros medios de defensa.

El Jiu-Jitsu es particularmente adecuado para la mujer indefensa. ¡Con cuánta frecuencia las damas están expuestas a ser importunadas por cualquier grosero o mal intencionado! El conocimiento del Jiu-Jitsu les proporciona la seguridad de no hallarse indefensas ante una eventual agresión.

Cualidades que exigen

Tres son los puntos en los cuales conviene instruirse.

1.° Fisicamente. Es preciso conocer la posición ventajosa a asumir, los movimientos a efectuar y es necesario tener un cuerpo ágil.

2.° Espiritualmente. Hay que disponer de una desarrollada actividad mental y ser rápidos en la concepción de las mdidas a adoptar.

3. ° Intuición. Con el ejercicio se llega a prever la acción del adversario (no se espera a conocer el golpe cuarido ha sido lanzado, sino unos instantes antes).

Estas cualidades tienen un gran valor y son particularmente enseñadas en el deporte del Jiu-Jitsu.

INTUICIÓN DE LAS INTENCIONES ADVERSARIAS

Esta cualidad es innata en muchos hombres, pero puede adquirirse y perfeccionarse cada vez más con el ejercicio del Jiu-Jitsu.

El experto reconoce el punto al cual el agresor mira con la mano o con el bastón, con el cuchillo o con el puño, por la posición de la mano y del brazo, como también por la mirada del adversario que puede revelar también el momento de la agresión.

Muchos agresores ocultan sus intenciones asumiendo un aspecto indiferente, muchas veces desviando la mirada. Sólo en el último instante, antes de atacar, fijan el punto que quieren atacar. Desviar y engañar han tenido siempre una parte importante en la lucha. Si nos encontramos delante de un individuo y con un súbito movimiento de la cabeza dirigimos la vista hacia la izquierda, aquél seguirá sin duda la dirección de nuestra mirada. Ese instante de distracción puede bastar para vencerlo.

También el modo de respirar tiene una grau importancia a este respecto. En el instante de la espiración et hombre es más débil y es por esto que hay que evitar respirar con la boca abierta para que el adversario no pueda darse cuenta del ritmo de la respiración.


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